Le dolía la cabeza y tenía un extraño sabor salado en la boca. Todo estaba confuso alrededor. Comprobó que detrás, su hermana pequeña permanecía inmóvil en la silla. Su madre yacía de costado. El pánico le hizo sacar fuerzas de flaqueza y consiguió salir: En el centro de la carretera, el perro tampoco se movía.
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