Reconozco que por mis palabras campan la rabia, la extrañeza, la soledad, las miradas y ausencias... Y muchas veces, el pesimismo. Lo siento, pero no pienso pedir disculpas por la falta de compasión: Si la ocasión lo merece, también se desbordan las mejores emociones.
martes, 25 de diciembre de 2007
EN SOLITARIO
Había sido su decisión, pero a veces era duro estar tan solo: A los que corrían distancias cortas no les pasaba nunca.
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