Ojos cerrados. Sol en la cara.
Dorado lecho donde dichoso,
se fue forjando mi espíritu.
El sol y el mar conjuraron
una luminosa singularidad
sobre la niñez de mi alma.
Dorado lecho donde dichoso,
se fue forjando mi espíritu.
El sol y el mar conjuraron
una luminosa singularidad
sobre la niñez de mi alma.
Luego la isla se apoderó
del corazón adolescente,
hasta llegar a los extremos
de hacerle sentir agua y sal.
El mar ha impreso su huella
en el aliento y los sentires.
Me siento carne de mar,
libre como pez en océano,
dichoso de ser heredero
de la lava que nos ha forjado
en los yunques de la historia.
del corazón adolescente,
hasta llegar a los extremos
de hacerle sentir agua y sal.
El mar ha impreso su huella
en el aliento y los sentires.
Me siento carne de mar,
libre como pez en océano,
dichoso de ser heredero
de la lava que nos ha forjado
en los yunques de la historia.
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