viernes, 27 de noviembre de 2015

ES HORA





Poco antes de morir,
aquél viejo
poblado de inviernos
que me había conquistado
el corazón me dijo:
Es hora de saborear
el frío en las bocas,
de acariciar la transparencia 
nevada del cristal
con la punta
de nuestras lenguas.
Es hora de escribirle
poemas a los rezagados
de la vida.
Es hora de abrir las puertas
que nos han cerrado
con tantos
candados de silencio
durante tanto tiempo.  
Es hora de poner
una flor en agua,
detrás de la última
vocal acentuada.
Es hora de embarcarnos
hacia las islas de poniente
dónde están
nuestras utopías.
Es hora de ordenar
las mareas azules,
las huellas que dejaron
nuestros antepasados
sobre el alma
envenenada de los vasos.
Es hora de buscar la luz
entre las cosas
y los labios del amor.
Es hora de arrojar
por la borda el equipaje
y volvernos ligeros
como el viento.
Es hora de irme
y dejarte a ti mi legado,
espero no haberle
defraudado,
aunque jamás pueda
estar a su altura.








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