domingo, 9 de agosto de 2015

QUIÉREME






Aunque nuestro primer encuentro
aparentemente no haya tenido
ningún efecto en ti,
más allá de comprobar
que no soy mala persona,
volvámonos a ver
en el lugar que tú prefieras
para ver si seguimos sintiendo
el mismo vértigo en las entrañas.
Vayamos por ejemplo a abrigar
mariposas en nuestro estómago
y entonces quiéreme.
Apenas pasen alrededor
un par de revoloteos de colores
sintamos al unísono un relámpago
de éxtasis limpio y cálido
y en un crescendo cuasi de cine,
dejémonos de nervios y dudas.
Descubrámonos por fin juntos,
rindámonos a la atracción magnética
que gritan nuestros átomos
y sintámonos pletóricos de ternura
mientras a la vez estalla el deseo,
regalándonos en cada caricia
un sentido para siempre.
Dejemos que se fortalezca el vínculo
y unamos nuestros caminos
descubriendo un lugar para vivir,
restaurantes para comer,
calles para pasear,
calas recónditas para bañarnos...
Declarémonos cómplices,
contemplemos carmesíes crepúsculos,
charlemos del trabajo y de política,
demos gracias a la vida
a pesar de los apuros económicos
porque lo que realmente vale
es la buena salud del amor
y hagamos un viaje donde descubrir
alguna venturosa isla
que nos conquiste el corazón.
Tú sólo quiéreme
y cuando menos lo pensemos,
ese amor fructificará
con una niña en nuestros brazos
exigiendo cariño las 24 horas
y dando a cambio una felicidad
a todas luces distinta e inesperada.




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