martes, 18 de agosto de 2015

PALABRAS






Primero fueron sólo
de boca en boca,
luego quedaron impresas
y así sobrevivieron
a hecatombes siglo tras siglo.
Y por último viajan
a velocidad de vértigo
por una virtualidad
que ha destrozado
las fronteras del mundo
y le han dado libertades
que jamás disfrutaron.
No hay duda del valor,
de la fuerza de las palabras:
enseñan o conmueven,
meten cizaña, laceran, o censuran,
pero también
reivindican y multiplican.
A veces mienten
y otras gritan verdades
a bocajarro y se comprometen.
Nos endulzan, nos enamoran,
nos envuelven, nos elevan,
nos excitan o nos laceran.
Nos llevan por senderos
arbolados de fantasía,
despiertan a las musas
que nos habita en algunos
y nos motivan en ese ida y vuelta
que se traduce en compartir.
Todos tenemos algo que decir,
algo que escuchar:
Estamos hechos de palabras.




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