sábado, 20 de septiembre de 2014

LA PALABRA






Primero se propagaba
de boca en boca,
luego fue impresa
y así logró sobrevivir
a inmolaciones con nombre
donde fue quemada
en piras de sinrazón.
No hay duda de su valor,
de la fuerza que puede
llevar en las entrañas:
Enseña o conmueve,
lesiona o reprocha,
pero también reivindica
y multiplica las ideas.
A veces se carga
de falsos mensajes
y otras grita verdad
a bocajarro,
se compromete y lucha.
Y también nos endulza,
nos enamora,
nos envuelve y eleva,
nos excita y nos sosiega.
Es la que nos lleva
por senderos  
cargados de fantasía
desde nuestra
más tierna infancia,
la que despierta
a las musas que nos habitan
y lanza a ese hermoso
viaje de ida y vuelta
que se llama compartir.
Porque todos tenemos
algo que decir,
algo que escuchar
algo que escribir,
algo que leer...
Y es que todos estamos
en el seno de la palabra.






No hay comentarios: