sábado, 24 de agosto de 2013

AQUELLOS NIÑOS



Éramos aquellos niños
de vidas modestas
y alejadas del centro,
satélites de una ciudad
que veíamos sólo
de vez en cuando,
cuerpos extraños
vividos en la libertad
que otorga la inocencia...
Niños de tebeos, estampas,
pelotas, aros,
trompos y boliches,
felices con los climas
de las tardes,
la tele en blanco y negro,
las vacaciones de verano
y los fines de semana.
Estábamos vivos
cuando la luna emitía
canciones de guerra
contra la pandilla rival,
en las sesiones de cine
y pipas al aire libre,
las correrías hasta la playa
para emergernos en las aguas,  
viviendo en un barrio
nuestro hasta la médula.
Niños puros, terribles,
inocentes como nubes,
gaseosas de luz
en un país que empezaba
a despertar de la larga
noche donde las tumbas
florecieron por los caminos.






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