lunes, 24 de junio de 2013

DESPEDIDA




Sabes más que nadie
del borde afilado del silencio,
de la sed que alimenta
la injusticia,
de la herida amarrada
a cada largo día
transcurrido en la negación
de un derecho que es primario.
Y conseguiste
que nadie te haya empujado
a sucumbir en la derrota
ni anclar el dolor en lo propio
pues has vivido
en la frontera emotiva
de los ojos de un pueblo
que miraba a través de tu sentir.

Enseñaste el significado
de la ternura y el perdón,
engarzados en el cielo
que alberga tu mensaje
y desde ese convencimiento
acabó proscrita la tristeza,
trocada por una esperanza
cargada del más común
de los sentires colectivos.
En ti se conjuraron
todos los naufragios,
el opaco sonido del invierno...
Pero has sabido siempre
que existen las gaviotas
y desde ese convencimiento
tuviste fuerzas en la peor
de las circunstancias
para crear una voluntad
que alimentó hambres
de libertad y justicia.

Hoy comienzo a despedirte
desde un dolor
que se me antoja insondable,
aunque haciendo un esfuerzo
para estar a la altura,
quiero recordarte en cada sonrisa
de hombre bueno
que iluminó nuestra vida.
Antes de irte, te hago saber
que un día me entregaste
el nombre de la rosa,

gracias por todo... Madiba.


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