martes, 25 de septiembre de 2012

SONRISA DE LUZ



Aunque la mirada
a veces no se atreva,
la sonrisa sí lo hace
y se convierte
en luz contra la penumbra.
Es como una hoz
que siega las tinieblas,
dice mucho
de quien la muestra.
Todos sonreímos
desde la serenidad o el ansia,
desde la incertidumbre
o la cúspide del regocijo.
La mirada puede
que no se atreva,
pero la sonrisa tiene
que darlo todo
porque arranca
de lo más hondo del brillo
de nuestra naturaleza.
Por eso es que ocurre
algo tan importante
cuando sonríes:
Es como un faro,
una baliza,
una lumbre en el ancho mar
tenebroso del caos
que a veces nos rodea...
Una luz que me dice:
recuerda que algún día
sabrás tanto
como la poseedora
de ese rictus tan hermoso
y me siento un privilegiado
porque hay quienes
pasan por el mundo
con el corazón perdido,
con el alma ensordecida,
con la mirada ciega…
Pero cuando te veo sonreír
tengo delante la imagen
de quien posee la luz,
la de quienes podemos ser,
la que teníamos antes
de que nos robasen la alegría.



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