en realidad
los días no pasan,
nadie envejece:
son los ojos actuando
con alevosía
los que trazan arrugas
en los rostros,
empañan los espejos
y le dan un peso
asesino al tiempo...
En realidad
los calendarios no existen,
las flores no se marchitan,
las aves no emigran.
Son los ojos,
que nos visten
de diminutas muertes
sin que nadie note
la perversa alevosía
con la que arruinan
todo lo que miran.
1 comentario:
-Si
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