Los fracasos vienen a ser
como enseñanzas del pasado,
hay ecos que retumban,
arritmias, dudas e insomnio
que nos corroen sin cesar el alma
y condicionan nuestras decisiones.
A estas alturas de la existencia
pesan los ojos y los años,
pasan inmisericordes los días
y si no se retoma el rumbo
al final sólo queda el abismo
de lo que un día será expiración.
Por eso contigo quiero un pacto
de ilusión a manos llenas
para arrojar a un rincón
de nuestras respectivas historias
los espacios donde nos hicimos humo...
El compromiso de aprender a regresar
a lo que un día codiciamos
para ahora tú y yo compartirlo
abriendo las compuertas del corazón
para escuchar los latidos del otro
y arrancarnos la piel a besos
para entender lo que vayamos siendo...
Y así realizar a la mayor brevedad
las diligencias oportunas
para conseguir que eternamente
haya flores y vino en tu sonrisa,
un bien por otro lado tan contagioso
que impregnará de delicias la mía.
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