viernes, 22 de julio de 2011

LEGADO



La gente ha decidido tomar la plaza,
vienen calle abajo en tropel
para hacer oír su voz
en una emotiva riada humana.
Las pancartas se alzan sobre las voces
y dejan en el aire una reseña
de una respiración nueva emergiendo
entre la confusión y la esperanza.
El concepto democrático se renueva,
ya no basta con quejarse
hay que pensar de otra manera.
Mientras, nuestros cuerpos se agitan
y se asoma mi boca a tu mirada
donde bates un cartel con mi nombre.
Afuera la multitud decide sentarse
y yo aquí acampo en tus palabras,
te desnudo con mis besos
y recorro un sendero entrecortado
de guiños, suspiros y caricias
entibiando de humedades el placer.
De repente la multitud grita,
y gritamos nosotros en la calidez
inagotable de nuestros sexos,
se estremecen las pancartas,
vibra tu nombre en el susurro del mío.
Suenan cánticos y consignas,
entro en ti y el mundo estalla,
cruzo límites entre tus labios húmedos,
se encrespan nuestros cuerpos
y tiembla la plaza con ecos de cambio:
Revolución y placer,
el legado de un tiempo nuevo.

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