lunes, 17 de mayo de 2010

EXQUISITECES


Quiero dejarlo escrito,
para que la posteridad sepa
que hoy estás siendo
sonrisas robadas al hastío
de una tarde de domingo.
Podría escribir este poema
en el retrogusto de los meses,
al recordar estas horas
tan admirablemente tuyas,
contribuyendo al disfrute,
la calidez de una amistad
que sobreviene entre sílabas,
con aleteos sutiles y gráciles,
que acarician los pétalos
de mis ojos cansados.
Esta es una buena tarde
porque estás aquí conmigo,
feliz, sencilla y apacible,
ayudando a cocinar
un plato de exquisiteces,
afectuosas evocaciones
que sabrán mejor incluso
mañana, cuando hayan tenido
el reposo imprescindible
para degustarlas al completo.

No hay comentarios: