jueves, 24 de septiembre de 2009

CRISTIANISMO Y MASOQUISMO


Siempre me he sentido atraído por las teorías arriesgadas, que contienen un punto de desafío al pensamiento más socialmente normalizado. En ese sentido he leído hace poco un artículo de Cortés Amador, un bloguero del diario ‘El País, en el que realizaba un símil cuando menos perturbador sobre masoquismo y cristianismo (o algunas de sus manifestaciones).
La semilla prendió en mi cerebro y acabó por echar raíces. A un ateo convicto y confeso siempre le viene bien acumular argumentos que llegado el momento pueda argüir para defender sus puntos de vista en un tema como el religioso, que puede llegar a suscitar bastante controversia. Y la verdad es que hay evidencias de peso para sostener semejante afirmación:
En general se define el Masoquismo como un comportamiento sexual en que la excitación y el placer son producidos por el sufrimiento físico y/o psíquico infringido por otra persona. Aunque parezca un contrasentido, de ello se deduce que el sufrimiento llega a convertirse en un elemento catalizador del placer erótico. Un hecho sexual de esa naturaleza actúa sobre el individuo que lo sobrelleva de una manera catártica, y se comporta como una especie de lucha entre elementos simbólicos de la vida y la muerte, en la que la primera sale reforzada.
Resulta curioso que el cristianismo se alimente en una buena parte del dolor, el sufrimiento, la tortura y la humillación que representó la Pasión y la Muerte de Jesús. No sería insensato afirmar que los cristianos se identifican con un Cristo doliente, en el que su pasión y muerte resultan imprescindibles para darle sentido al posterior resurgimiento renovador... Un parecido inquietante con el masoquista, que atraviesa una "muerte simbólica" a través del dolor erótico, para acabar en una satisfacción orgásmica de carácter liberador.
Algunas de las actividades públicas que pueden verse en nuestras procesiones de Semana Santa contienen inequívocas muestras de masoquismo, con el que tiene muchos puntos en común el fervor religioso: La agonía y el éxtasis se entrecruzan, pues los dos sentimientos están íntimamente ligados en las ceremonias donde el fervor alcanza límites que trascienden a veces lo humanamente comprensible para la Razón.
El Ascetismo como movimiento dentro de la Iglesia es otra de las expresiones que recurre al dolor como fuente de placer para inundar el alma de gozo. Como ejemplo, he aquí algunos versos de Teresa de Jesús en sus ‘Ayes del destierro’:

"Mas no, dueño amado,
que es justo padezca;
que expíe mis yerros,
mis culpas inmensas.
¡Ay!, logren mis lágrimas
te dignes oír,
ansiosa de verte
deseo morir."

A través del sufrimiento se libera el espíritu. Si eso no es masoquismo, me disculpan la expresión, pero que venga Dios y lo vea.

2 comentarios:

Rita dijo...

La Iglesia se ha esforzado mucho en hacer sentir culpable al ser humano de cosas que ella misma de alguna manera promueve, también de otras que siendo tan naturales y satisfactorias suponen un "pecado mortal", mucho tiene que decir mi genración de todo esto. Te aconsejo la pelicula Teresa de Jesús, en ella se puede comprobar cosas como las que tu has escrito, un beso

Pacogor dijo...

Lo sé, Rita: La he visto. Y tienes razón: Hay generaciones que se han visto obligadas a realizar un esfuerzo enorme para poder respirar la vida con normalidad. y aún estamos en ello, queda camino todavía por recorrer.