lunes, 17 de agosto de 2009

EL PASO DEL TIEMPO


Llevo clavada la espina
del paso del tiempo:
Hiere ver escaparse
los días tras el horizonte.
Cada sol que se esconde
para dar paso a la noche,
es un cuchillo incrustado
en la estación de la sangre,
un paso hacia la muerte
y el naufragio de la vida.
Duele mirar como caen
las hojas del calendario
y sentir lo que pesan los años,
sabiendo que eso que llaman
experiencia, no es nada.
Respiramos, nos movemos,
cada vez más cansados
de la piel, los ojos y la risa;
derrotados por el mundo,
rotos por la sucesión
de las traiciones del destino
y nuestras flaquezas.
Poco más hay que decir,
salvo que el futuro
se acerca implacable,
cada vez más deprisa.

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