En el puerto azul de tus ojos,
ahora tan tristes,
hay ecos de armoniosas luces,
soles aturdidos por el brillo
de un paisaje turquesa
y velas partiendo hacia el infinito.
En el puerto azul de tus ojos,
ahora tan doloridos,
hay una ventana abierta al horizonte
y los pájaros ondean sobre el mar,
contentos de volar sobre las islas
que creas con tu mirada.
En el puerto azul de tus ojos,
ahora tan agotados,
la calma no antecede a la tormenta
y barcos de todo tipo
navegan las aguas tranquilas
cargados de ilusiones de futuro.
En el puerto azul de tus ojos,
ahora tan heridos,
un hombre camina esperanzado
aspirando la fragancia del mar,
contento de haber atracado
en el malecón de tu compañía.
En el puerto azul de tus ojos,
ahora tan lastimados,
ese mismo hombre es un sueño
para pescar millones de lunas
y collares de estrellas
que iluminen de paz tus noches.
En el puerto azul de tus ojos,
ahora tan sombríos,
los peces protestan
porque ocultas con tus lágrimas
las olas de versos y cantares
del poema visual que siempre fuiste.
Si yo fuera marinero,
si tuviese un barco en mis manos,
cargaría sus bodegas de horas felices
y pondría rumbo de inmediato
al puerto azul de tus ojos
para inundar tu alma de optimismo.
ahora tan tristes,
hay ecos de armoniosas luces,
soles aturdidos por el brillo
de un paisaje turquesa
y velas partiendo hacia el infinito.
En el puerto azul de tus ojos,
ahora tan doloridos,
hay una ventana abierta al horizonte
y los pájaros ondean sobre el mar,
contentos de volar sobre las islas
que creas con tu mirada.
En el puerto azul de tus ojos,
ahora tan agotados,
la calma no antecede a la tormenta
y barcos de todo tipo
navegan las aguas tranquilas
cargados de ilusiones de futuro.
En el puerto azul de tus ojos,
ahora tan heridos,
un hombre camina esperanzado
aspirando la fragancia del mar,
contento de haber atracado
en el malecón de tu compañía.
En el puerto azul de tus ojos,
ahora tan lastimados,
ese mismo hombre es un sueño
para pescar millones de lunas
y collares de estrellas
que iluminen de paz tus noches.
En el puerto azul de tus ojos,
ahora tan sombríos,
los peces protestan
porque ocultas con tus lágrimas
las olas de versos y cantares
del poema visual que siempre fuiste.
Si yo fuera marinero,
si tuviese un barco en mis manos,
cargaría sus bodegas de horas felices
y pondría rumbo de inmediato
al puerto azul de tus ojos
para inundar tu alma de optimismo.
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