miércoles, 2 de julio de 2008

DOLORES


Hay dolores tolerables,
que forman parte
del proceso natural de las cosas.
Aunque nos lastimen el alma
y supongan una especie de vacío,
sólo significan un tropiezo
en nuestro viaje por la vida.
Pero hay sufrimientos
para los que la razón no existe,
es un dolor tan intenso
y de tal magnitud el desgarro,
que anula toda posibilidad
de un zurcido posterior.
Se llevará a algún lugar ignoto
un trozo del corazón,
y no admitirá olvido,
pues permanecerá grabado
como un terrible tatuaje
en nuestro espíritu.
En honor a la verdad
no desaparecerá jamás,
pero con fuerza de voluntad,
podremos llegar a convertirlo
en parte de nuestra rutina.
Después queda sobrellevarlo
como una cicatriz en las entrañas
y una huella en las pupilas
hasta que se canse el calendario.

No hay comentarios: