miércoles, 27 de febrero de 2008


Siempre le gustaron los libros de detectives. Había leído tantos, que ya podía considerarse un experto, y resolvía por su cuenta los casos antes de llegar al final de la historia. Terminó por aburrirse, por lo que un día decidió empezar por el final, para tratar averiguar el principio. Y para cuando ya le tenga cogido el tranquillo, ha pensado en comenzarlos por la mitad y descubrir los comienzos y desenlaces. Eso sí: Nunca pudo desentrañar el misterio de cómo podía soportar su anodina vida.

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