martes, 24 de julio de 2007

EL POETA DECLARA


Como en la canción,
también doy gracias a la vida:
Puedo pensar,
tengo los árboles, el mar,
y unos brazos
para sumergirme en ellos.
Me alimento de sueños
que cultivo con afán,
no he perdido la capacidad
de sonreírle a la suerte,
sea cual sea su sentido.
Hay una hija convertida
en estupenda persona
y he vivido para verlo.
Disfruto de silencios,
recojo sentimientos,
asumo voluntades
para respirar en colores,
compartir las alegrías,
y preservar mis tristezas.
Tengo el cariño
de la gente que me importa.
Considero que la tierra,
el agua, las estrellas
y el rojo del amanecer
son carne de mi espíritu.
Mis deseos se abren
dibujando encuentros
palpables y plurales.
Si alguna vez me quejo,
es una debilidad pasajera:
Aunque tenga casi siempre
vacíos los bolsillos,
sé que soy un hombre
afortunado.

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