Mi cuerpo suda, sangra,
luce cicatrices,
heridas, arañazos.
Mi cuerpo tiene huellas
profundas, marcas someras.
Mi cuerpo no es
un templo sagrado.
Es refugio, es casa,
es carretera transitada
en ambas direcciones,
es área de servicio,
es región semidesértica.
Mi cuerpo tiene nombres,
pelos, moretones.
Mi cuerpo ya no es a pares
se ha quedado en nones.
Mi cuerpo recuerda
otros cuerpos, otros olores.
Mi cuerpo cada día
más sorprendentemente
envejecido y arrugado.
Comunal, asociativo,
conmutativo,
pretérito, pertérrito,
futuro irregular
y descompuesto.
Esporádico y tierno.
Baño público,
contenedor lleno.
Cuido mi cuerpo
pero empiezo
a notar su deterioro,
por lo demás inevitable.
Y no es un templo
ni quiero que lo sea.

No hay comentarios:
Publicar un comentario
Eres libre para realizar tu comentario pero, por favor, procura ser respetuoso. Y gracias por colaborar...