Seamos ramas
del mismo bosque
de laurisilva milenaria.
Dejemos crecer
flores nuevas entre árboles,
helechos y musgo.
La hiedra silenciosa
apagará todo rumor
de pasos.
Apenas penetrará
el sol.
En ese mundo húmedo
donde sentirás
el frío dek invierno
y no te lo querrás quitar
subyugado por lo bello
del entorno.
Las hojas
se nos confundirán espesas.
Y desterraremos para siempre
el hacha del leñador,
que por aquí no aparezca.
3 comentarios:
Ciertamente el paisaje es embrujador...pienso en el frío de Canadá.
En invierno el sol se esconde tras las nubes y cuando sale brillante... es cuando las temperaturas bajan a - 40 grados🥶
El paisaje al que se refiere el poema es el de la laurisilva, un bosque húmedo que aún queda en algunas islas de Canarias que en el Terciario abundaba por toda la cuenca del mediterráneo. Es un tesoro natural que debemos conservar a toda costa y que destila magia a raudales.
Un saludo, amiga.
Claro... sé que el paisaje es un humedal, es por eso que recordé la diferencia entre este paisaje y el de Canadá, donde vivo. Las temperaturas son dos extremos irreconciliables pero maravillosos para la contemplación paisajística.
Ojalà los incendios que están soportando en Canarias, se terminen pronto.
Buen finde Paco
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