martes, 9 de febrero de 2016

EN LOS CUENTOS







Blancanieves no quiso ser
sirvienta de los enanos,
y pasó de quedarse en la casita.
La Cenicienta demandó 
por maltrato a su madrastra.
Sin compañía se negó Caperucita,
a mudarse a la gran urbe
cuando supo de la existencia
de manadas de lobos
vestidos con traje y corbata. 
La Sirenita no murió de amor 
y tampoco le importaba
casarse con un príncipe. 
Cuando la Bella conoció 
a la Bestia, 
lo quiso tal cual era. 
Alicia siempre supo 
que el País de las Maravillas
estaba en el corazón
de la buena gente
y la Bella Durmiente 
se acostó, aburrida,
porque nunca le permitieron
hacer lo que quería.
La vida se encargará, hija mía
de contarte la realidad
que subyace 
detrás de los cuentos, 
espero que aprendas 
a defenderte sin perder 
jamás la ternura.






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