viernes, 14 de agosto de 2015

MAYO EN PARÍS






La evolución de los sueños pintó
estrellas en los muros de París
en un mes de mayo,
los transeúntes, es decir,
los clientes de la revuelta,
leyeron un montón de veces
la palabra revolución en los muros
los estudiantes creyeron
en el poder popular
distribuido a partes iguales
entre los talleres de obreros
y los académicos de Bellas Artes,
la policía sería solidaria con las algaradas
y se crearían nuevos puestos de trabajo.
Los emigrantes inaugurarían
una nueva idea de felicidad
y llevarían a sus hijos a la playa,
oculta bajo los adoquines de la calzada.
Atreverse, ese era el lema
de los líderes del tedio revolucionario,
habían que inmiscuirse también
en la tensión sexual
que radicaliza la lucha de clases.
Lo probable sería amarse
los unos a los otros
desabotonarse el cerebro en la Soborna,
esparcir octavillas por los hostales.
La imaginación fue radicalmente femenina,
una anunciación que sería capaz
de convencer a los escépticos,
Las palabras corrían solas
a tomar las calles como hijas de bibliotecarios,
todo podía ser posible...
Y bastantes años después
la extrema derecha tiene serias
posibilidades de ganar unas elecciones.








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