jueves, 28 de agosto de 2014

INJUSTIFICABLE





Corren cual torrentera
lágrimas surcando
los rostros en barbecho
de la gente
y no existen más
posibilidades de paraíso
que las obtenidas
en esta vida
que nos toca.
He ahí las razones
de esta amargura
por las fuentes del dolor
que se exterioriza
en tantas mejillas abajo
ante el espejo
de la desesperanza.
Bajo el cielo azul
de la indiferencia
lloran su exilio interior
las injustas cicatrices
de un destino fabricado
por la autoridad competente
la misma que prohíbe
todo dispendio de líquido,
toda gota de vida
surcando esa aridez,
la soledad acaso
de cauces infinitos
con trozos de hiel
en los ataúdes
de los que fallecen
con jirones de niebla
en las maletas
de los que se van,
con desaliento en el hogar
donde tanto cuesta
alimentar una sonrisa,
con un sinfín de mentiras
para argumentar excusas
de lo injustificable.






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