GOLPES DE ESTADO

Tengo unos cuantos

golpes de estado en la retina,

inmundos ejemplos

de la capacidad humana

para instituir el mal,
que incluyen en el lote

totalitarismo, uniformes,
y un fusil por bandera.

Tengo un dieciocho de julio,
un once de septiembre

y cuarenta días de mayo.

Tengo en el corazón
cunetas, tapias y muros

preñados de balazos,

direcciones gélidas

donde los desaparecidos

sufren dolores lacerantes,
ajuares de tumbas anónimas,
la imagen de cuatro jinetes

empuñando el apocalipsis.
Tengo un  montón de sotanas

practicando el saludo fascista
y miles de estadísticas

que hablan de muerte y exilio.

Tengo grabadas en el alma
las voces de unos asesinos

afrentando al aire con discursos

preñados de odio y mentiras,

tengo secuestros, torturas

y miles de casquillos

esparcidos por las entrañas...