domingo, 5 de enero de 2014

VOILÁ




Extendió el brazo
y algo hizo
con los dedos
porque de pronto
sonó un chasquido,
una amalgama
de sonidos y dolor
se extendió por el aire,
chispas huecas
de abatimiento
en cascada
cayeron sobre
los presentes,
astillas de sueños
que en décimas
de segundo
ya eran de hielo:
tal vez dijo voilà
o sonrió con malicia,
nadie supo
muy bien describir
lo que había sucedido.
Pero justo
cuando iban a elevar
un murmullo de protesta
atrapó un jirón de niebla
que pasaba por allí
y se volatilizó
sin que diera tiempo
a reaccionar
para evitarlo.
Desde entonces
andamos a tientas
con una sensación

de terrible abandono.




No hay comentarios: