Las fronteras
son líneas imaginarias
que separan dos estados,
dos países, dos legislaciones
dos idiomas, dos modos de vida
o dos sistemas antagónicos.
Pero por desgracia
en demasiadas ocasiones,
la frontera también es
una línea muy real
que separa la riqueza de la
miseria,
la abundancia de la escasez
y el futuro de la esperanza.
En las de esta clase
suele haber un muro o una
valla
que protege a los ricos
de los abismos económicos
por donde se despeñan
las esperanzas populares.
Siempre en uno de los lados
estarán los egoístas intereses
de los que a sí mismos
se consideran privilegiados.
Pero a veces esa divisoria
es mero ilusionismo,
un castillo de naipes
que se viene abajo
en cuanto los aires de la
crisis
soplan en sentido contrario
a lo que algunos creen
que debe ser el orden
natural de las cosas...
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