domingo, 29 de abril de 2012

CUANDO NO ESTÁ...



Cuando ella no está
es como si la luz se curvara
entre retortijones
y lamentos de dolor desconcertado.
Cuando ella no existe
en un perímetro inferior
al fulgor de su mirada,
la brisa se parte en mil pedazos,
vomitando improperios
y atenazando la piel del corazón
hasta pararse en segundos
de atronador desconsuelo.
Cuando ella no es
y no son versos lo que expira
para traerlos a mis venas
es como si desapareciera el sol
tras el horizonte de sus ojos.
Cuando ella se va
de mis dedos como labios,
me zahiero gimiendo
contra las paredes del vacío universal
y me siento varado a orillas de la luna.
Cuando ella se despide
allí vegeto durante el día
y muero por las noches,
perdiendo mientras tanto
la fe en las diosas que encarnan
la protección del amor, la sensualidad
y los sueños plagados de matices.

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