lunes, 16 de mayo de 2011

PRODUCTO FINAL



Soy el producto final
de un serie de casualidades,
por eso no me considero
diferente a cualquier otro
espécimen animal que se precie.
Por quítame allá
unas migajas del destino
habría tenido un aspecto diferente,
caminado a cuatro patas,
o me habría arrastrado
cubierto de escamas
entre los matojos del camino.
En el vestuario de la naturaleza
hay muchos trajes a medida,
cada uno procura
llevar de la mejor manera el suyo.
No me quejo del resultado
porque aunque no haya elegido
pude haber sido alguien
mucho más impersonal
y formar parte de un banco de peces,
de un hormiguero o un enjambre,
partícula del paisaje sacudida por el viento.
Alguien con mucha menos fortuna
destinado a ser abrigo de pieles,
mis restos podrían haber estado
en la mesa donde algo se celebre,
o ser un ejemplar destinado
a pruebas atroces de laboratorio.
Peor hubiera sido aún
si despertara miedo en la gente,
asco o incomprensión,
o si mi especie compitiera
con ciertos intereses económicos
intrínsecamente inhumanos:
me habrían cazado sin piedad
por venganza o deporte.
Estoy contento, el destino hasta ahora
ha sido benévolo conmigo,
pues aun habiendo sido yo mismo
pude haberme alimentado
de otras especies animales,
lo que de seguro habría significado
ser alguien totalmente diferente.
El día en que decidí no hacerlo
fue cuando senté las bases
para ser lo que soy ahora.

1 comentario:

Montserrat dijo...

Jajaja! me encanta...