EL SUEÑO

Desperté con un sobresalto, y el susto debía reflejárseme en la cara... Preocupado, me preguntó qué sucedía.
-Ufff... Ha sido una pesadilla horrible
-¿y eso? Cuenta, por favor. Así a lo mejor te tranquilizas más fácilmente...
Intenté darle una mínima coherencia al relato, fue como si meditase en voz alta. Recordé que un viento extraño entraba a mitad de la noche en el cuarto, revolviéndolo todo. Consigo trajo un enjambre de mariposas.
Me interrumpió con una sonrisa.
-Pues menuda tontería de pesadilla. La verdad es que no causa mucho miedo.
-No me interrumpas- Le dije -Espera a que termine, porque el caso es que yo dormía con la boca abierta y algunos de esos bichos penetraron por ella. Creo que llegaron hasta el estómago.
- ¿Y cómo lo sabes??
- Pues porque aún las siento revoloteando ahí dentro. Y llevo bastante rato despierta.
-¿De veras te preocupan esos síntomas? A mi me pasa lo mismo cada vez que te veo. Para esa enfermedad aún no se han inventado medicinas.
-Es cierto. Y ya que lo dices: ¿A quién le apetece curarse? A mi, desde luego que no.
-A mi tampoco, así que sigamos soñando...