domingo, 14 de diciembre de 2008

ME ANTICIPO: Feliz Navidad


Ánimo, que es tiempo de celebraciones,
llegan el frío, las luces de colores
y los buenos deseos para el nuevo año,
mientras la tierra hace ya mucho tiempo
que se ha despojado de su manto de paz.
Suenan villancicos en esta parte del mundo,
pero siguen habiendo demasiados lugares
donde las melodías se cambiaron
por los redobles de los tambores.
Millones de seres sufren a su alrededor,
de los cielos brotan siniestros relámpagos
que enfurecidos golpean los campos
con su implacable puño de hierro.
Los jóvenes se pierden con tanto exterminio,
un médico cambia el bisturí por el fusil,
por las carreteras marchan lo convoyes,
y los niños juguetean a la guerra.
La sangre revienta y baña las banderas
que algunos hicieron flamear en lo alto,
ya no hay cantos exquisitos,
solo el ruido ronco de los obuses
que golpean versos que ya no riman,
los gritos de los heridos son su relevo.
Las flores temblorosas se marchitan
entre la orgía de brillantes explosiones,
poco importan las lágrimas y las plegarias,
ni las estrellas brillando en la noche,
o la espuma del mar susurrando en la playa:
cuando la fuerza arrolladora del infortunio
se impone a la razón y las palabras,
hablar de paz es una irónica manera
de demostrar nuestra indiferencia,
escondidos como estamos eternamente
detrás de los muros de nuestra ceguera.
Feliz Navidad a pesar de todo, amigos:
vivamos las fiestas de los buenos propósitos,
divirtámonos a gusto, hartémonos de comer
y agarremos alguna que otra cogorza.
No parece haber dudas de que nos lo merecemos.

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