viernes, 30 de julio de 2021

POESÍA: OCASO


No es mucho –nada tengo-;

estoy con los que miran

la palidez opaca y vertical.

Busco piel en su enigma

de roce y hendidura,

en tanto la  razón

se vuelve fósil.

 

Solo el oxido asciende

hasta su cumbre.

Los días que amanecen,

casi negros,

requieren otra luz,

callados se preguntan

en qué lugar

camina el horizonte.

La distancia es ahora

el esqueleto gris

de lo posible.

Aquí la transparencia

no moja las espaldas

y tampoco sostiene

un reflejo de nubes,

las migajas del vuelo.

 

Una lluvia de arena

dispersa sus indicios

y dibuja ceniza

en nuestra espera.

Palpita la vejez

cuando no hay sueños.

 

Con despojes salobres

sedimenta el desierto

al otro lado.

Voy con él.

Abrazaré mañana su vacío.

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