miércoles, 28 de julio de 2021

PINTURA: BOTERO


Fernando Botero 
(Medellín, 1932) realizó este retrato de Franco en 1986, con su habitual estilo naïf y su conocida tendencia a redondear las formas corporales. En esta obra además incide en lo ridículo del personaje, bajito y de voz atiplada, que le había valido el sarcástico mote de “Franquito” por parte de sus compañeros de la Academia Militar, en la que por lo visto tuvieron que hacerle un fusil a medida, a causa de su escasa talla. El aspecto poco marcial del general contrastaba con su siniestra personalidad, de la que el hispanista Ian Gibson ha dicho que fue el peor asesino de la Historia de España.

Botero aseguró en su día que trató de retratar al dictador en la tradición de la pintura de corte de Velázquez o Goya. Se trata de un óleo sobre lienzo de gran formato, cuatro metros cuadrados, que a mediados de los ochenta le fue encargado a Botero por el entonces presidente del Grupo 16, Juan Tomás de Salas. La idea surgió de un encuentro en Bogotá en 1986 entre Botero y el desaparecido editor. De Salas le encargó la portada de la revista Cambio 16 -publicación que se distinguía en la época de la transición española por su defensa del restablecimiento de las libertades democráticas- para el número coincidente con el 18 de julio.

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