martes, 10 de mayo de 2016

TURGENCIAS








La blusa, que se sabe
insinuadora de turgencias,
deja un ojal abierto
por donde se despliega
haciendo escote
en el que se crían ánforas
de carne reluciente.
Un insigne gesto
de abandono
desabrocha
el siguiente botón
mostrando
en su limitada geografía
un curvilíneo seno
de sensualidad exquisita,
donde siempre hubo
una líquida promesa
de amor consentido.
Mientras, el pezón
solitario se despierta
y entreasoma indiscreto,
soñando con alcobas
donde la libertad
se yergue con orgullo
exigiendo lo que es suyo.





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