viernes, 12 de febrero de 2016

URGENCIAS







Es urgente el amor.
Resulta perentorio destruir
ciertas palabras,
odio, soledad y barbarie,
algunos lamentos,
muchas espadas.

Es urgente reinventar alegría,
multiplicar los besos,
las cosechas,
Resulta perentorio descubrir
rosas y mañanas claras.

Cae el silencio
en los hombros y la luz
impura, hasta doler.
Es urgente el amor,
resulta perentorio insistir.
Urgente e imprescindible,
especialmente ahora...

Y pobre de aquél
que de las brasas del ensueño
sólo le queden las cenizas
de las mentiras que se ve
obligado a escuchar,
pues no le dejará más
que el remordimiento
de haber visto morir
la luz sobre su indignidad.







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