Las hojas de ese árbol
amigo de las nubes
liberan continuamente
pasivas gotitas
de húmeda vida
a modo de lluvia.
Ellas han sido
la esperanza de la tierra
y también de los hombres
que la han habitado.
Es, asimismo, la mía
porque amo esa isla
tanto como los que siempre
la pisaron con respeto
y con esmero la cuidaron.
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