La novela exige
una gama muy variada
de argumentos:
requiere crímenes,
amores o adulterios,
viajes, aventuras,
extrañas coincidencias
y un sinfín de avatares.
Los cuentos son más cortos,
pero tienden a lo mismo
y sus protagonistas
suelen ser
demasiado esquemáticos...
En cambio la poesía
lo da todo sin pedir
casi nada a cambio.
Siempre me ha parecido
increíble lo poco
que hace falta
para que surja un poema:
Que estemos juntos,
por poner un ejemplo,
en la última tarde
del año 2015
y me mires intensamente
como diciendo:
-Que suerte estar contigo-
y yo piense:
que nunca podré darte
las gracias lo suficiente
por una mirada así
y decida plasmarlas,
para que conste por escrito,
antes de brindar contigo
por la llegada de otro año
que pasaremos juntos.
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