lunes, 16 de noviembre de 2015

EL ALMA DE LA LIBERTAD









A estas horas de la historia
el futuro no es el que nos contaban
y el alma de la libertad
vaga tristemente ingrávida
por los sitios del mundo,
estupefacta ante la humeante
mezcla de helado fanatismo
que la vida rezuma,
los sombríos medios tonos
de polvo ocupando
los cielos nublados
mientras tantos cuerpos
yacen esparcidos por el paisaje
exhaustos para mover un dedo,
hastiados para levantarse o acostarse,
muchos incluso muertos.

A estas horas de la historia
el alma de la libertad
es como una ala carmesí
que escapa entre las frondas,
una pequeña nube estática
sobre la que se ciernen fusiles
y bombas que vuelan
apelando a la oscuridad
que se implacable se aproxima
escuchando los claros
reclamos de los cadáveres
transparentes como vidrio,
clarividentes como cristal...
Algunas noches, cualquiera
puede ser el candidato
para irse a ese lugar desde donde
nadie regresa jamás.

Sufrimos una insólita atadura
hacia los que juegan la partida
un injerto rabioso y cruel
donde sólo perdemos nosotros
pues cuando el alma de la libertad
intenta alzar el vuelo,
el cuerpo se hunde
en el vacío de un espacio ya atestado.
Sus asesinos se amenazan mutuamente
con llenar el aire enmudecido
de quemazones internas,
¿cuánto ha de durar este enmadejado
juego de inaudita violencia?

A medianoche el alma de la libertad
sueña con un pequeño fuego
de estrellas de paz ardiendo
suavemente al otro lado del cielo,
pero el fanatismo se extasía
en un triste lustre nocturno
de oscuridades con ojos vacíos
y el negocio de la muerte
no permite que lo que se alza
pueda sentirse viva con lo que cae.







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