viernes, 23 de octubre de 2015

LLAVES






No me gustan las llaves
si son usadas
para cerrarle
las puertas al campo.
No me gustan
cuando se utilizan
para dejar aislados
a los ogros en los castillos
o a las princesas
encerradas en las torres.
No me gusta la condena
a esa bailarina
que espera inmóvil
a que un giro de los dedos
la cambie su destino
según marque
el capricho de una llave.
Hay llaves indecentes
que se dedican a cerrar
las celdas de los inocentes,
hay llaves mentirosas
que usan los magos
en sus espectáculos,
hay llaves cómplices
las de las cajas fuertes
de los grandes financieros.
Sólo me enamoran
las llaves que lo abren todo,
las mentes, el futuro,
la posibilidad de ser felices.
Y les tengo un especial
cariño a mis llaves,
son sencillas, juguetonas
y sumamente alegres
en su juego tintineante
dentro del bolsillo:
Sé muy bien lo que disfrutan
abriendo las puertas de mi casa.






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