Manos
que se llenaron de callos
y se dejaron la piel
empuñando los arados
y forjando en las fábricas
un destino colectivo
que nunca les agradeció
el sacrificio realizado.
Manos
que recogieron la leña
y curaron las heridas
que remendaron la ropa
pusieron inyecciones
firmaron letras una tras otra
amasaron el gofio
abrazaron con amor
a hijos que perdieron guerras
y se retorcieron por la artrosis.
Manos
que debieron entender
tan poco de este mundo
cuando este les demostró
que ya no les necesitaba...
A veces vuelvo a verlas
reflejadas en otros
como si fueran un préstamo
y no se resignaran
a dejar de ser ya útiles...
Manos
que algún día espero
llegar a merecer
que cuelguen de mis brazos.
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