jueves, 27 de agosto de 2015

EL CAMINO







Desconozco a qué obedece
tu presencia, pero estás aquí, amor,
un regalo de lo que me rodea.
Estás aquí para
que yo pueda amarte,
dispuesta a que nuestros cuerpos
pataleen enchispados en el tuyo
y se revuelquen por turno
o a un mismo tiempo
en tus entrañas dulces y jugosas.
Nada importa, si puedo
hundir la cabeza entre tus senos
o acariciar tu cara
como la maravilla que es hacerlo.
Nada importa si puedo adivinar
lo que está sintiendo tu cuerpo
cuando paso mi mano
y convertimos todo lo tuyo
en una bella masa líquida
mientras veo tu cara retratada
allí donde sabes que está
la palabra felicidad escrita
de la forma más sorprendente.
Nada importa si está esa dicha
que repite constantemente
que le pertenecemos
y nos empuja a recorrer el único
camino que hay en el mundo
cuando del amor se trata.





No hay comentarios: