jueves, 23 de julio de 2015

LAS PAREDES DEL ÚTERO






Se han apagado
las luces de los vecinos
no se escuchan las disputas
del matrimonio del quinto
ni los gemidos
de la pareja del tercero
ni siquiera el sollozo
de la anciana solitaria,
y tú te abrazas
en un silencio triste
a una ausencia
que olvidaste durante el día
bajo la certeza inexpugnable
de que nada cambiará
en los años venideros,
que el futuro
es una caricatura estúpida
y sin sentido de un pasado
que se mantendrá
durante lustros.
La misma desilusión
que experimentabas
cuando todavía no nacida,
en un refugio
húmedo, cálido y tierno,
anhelabas sin saberlo
mantenerte indefinidamente
escondida en aquél hogar
pintando las paredes
del útero de tu madre
como si estuvieras
en una cueva de Altamira
y fueras la primera
pintora anónima de la historia.




No hay comentarios: