sábado, 4 de julio de 2015

LA PARED







Dicen los diccionarios
que una pared sirve
para cerrar o limitar un espacio,
pero me pregunto qué ocurre
con los lugares
que no es posible acotar
como la habitación de un niño,
que no debe poner límites
a su imaginación o su crecimiento.
Una pared ha de servir
para apoyar el peso ajeno sobre ella
o para colgarla de un cuadro.
Ha de servir de escudo
para que sea ella y no el aire
la que sufra los golpes.
Una pared sirve para cerrarse en sí misma
y contener el mundo
como el mundo contiene el universo.
Sirve para notar el temblor,
para esconderse,
de excusa para el espía,
de lienzo para el pintor,
de tortura para el poeta.
Una pared puede ser tanto una ruina
como la división del hombre
en dos mitades,
mitad pintura mitad sudor.
Una pared puede ser el orden
universal de las cosas
y servirnos con el empeño necesario
para mirar a través de ella.
En realidad todo esto
no son más que conjeturas
porque nunca he sido
especialista en paredes,
pero si vienes conmigo
ya verás los usos que le damos.






No hay comentarios: