sábado, 25 de julio de 2015

CADA DÍA UNA HAZAÑA





Me hablas constantemente,
con tus gestos pareces decir:
Mira Papi lo que hago.
Y yo no paro de asombrarme
ante ese conjunto de proezas
que me dan vértigo,
como cuando te incorporas
en precario equilibrio
y segundos después caes
en un golpe en tu trasero
amortiguado por el pañal.
Cada día hay una hazaña
para llegar hasta donde ayer
te resultaba imposible,
magníficas epopeyas
que remueven al corazón
al contemplarlas,
increíbles sucesos
que rebosan épica
como pinchar la comida
con el tenedor,
pronunciar una nueva palabra
o entender por vez primera
el significado
de lo que te decimos.
Tú no lo sabes
pero jamás podré olvidar
esas cosas pequeñas
de las que eres capaz:
Abrir caminos en el mar
cuando te ríes a carcajadas,
pintar un sol en el cielo
si te acercas y me besas,
convertir el agua de mis lágrimas
en un dulce manjar
de ternura y felicidad...
Y sobre todo,
pequeña heroína mía,
estremecerme por dentro
cuando caes rendida de sueño
mientras estás en mis brazos
mirándome con los dos
bellísimos agujeros negros
que son tus ojos.







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