martes, 24 de marzo de 2015

MI CASA






Apoyado en el báculo
incoloro de la memoria
recorro la empinada cuesta
por donde la indecisa luz
derrama aromas de otro tiempo,
tránsito de cenizas
en el borde del olvido
desde un lugar
donde ya nadie nos recuerda.


A la puerta de esta casa
espero tempestades y furias
presintiendo que me enfrento
a otros peligros,
pero sé que no estoy solo
me acompañan los nombres
de los que antes caminaron
sus viejas cicatrices
y el himno de sus sombras.

Así de simple es mi casa
y puedo asegurarte
que el murmullo de mi historia
no es esencialmente triste
a pesar de los fracasos,
le acompañan el mar y el sol
y aún puedo escuchar
al agua dialogar con la piedra,
el susurro de la tarde
extinguiéndose en granas
y la voz quebrada
de un viejo cantautor
que la modernidad ha olvidado.

Mi historia te hablará
del lenguaje con el que un día
se rebeló mi sangre
en búsqueda de libertad
y respirando poesía.
No hay mucho más salvo
que la morada de cada uno
reside en el corazón
y el mío aún espera
estar presente en el prodigio
de los primeros soles.








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