martes, 24 de febrero de 2015

NUESTRAS VIDAS







En general, 
nuestras vidas no son
muy apasionantes 
pero tal circunstancia
no impide que toda existencia
sea valiosa, irremplazable y única.
Jamás deberíamos olvidarlo
aunque el listado
de lo que nos ocurre
o de lo que hacemos
no suela ser en general
deslumbrante por su grandeza.
Junto a ambiciosos
y nobles planteamientos
se desarrollan vidas cotidianas
que en la mar de las veces
no son para tanto.
Conviene reconocer
lo enormemente convencionales 
que en general
son nuestras vidas
y la desproporción existente
entre el vuelo de los sueños
y la realidad del día a día.
Por eso necesitamos
una llamada a la complicidad
de un reconocimiento mutuo
sobre lo que realmente somos
porque no deja de ser
complejo convivir
con nuestra propia existencia,
más plana y menos ampulosa
que muchos de los juicios
que emitimos.
Y ha de haber una exigencia:
asumir esa contradicción
no significa resignarse a ella.






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