miércoles, 28 de enero de 2015

BESO






Le llaman beso
y en la conjunción
de esas cuatro letras
se conforma un todo
que es la suave unión
de dos labios anhelantes
acallando cualquier
atisbo de palabra,
el mutuo deseo
de apresar firmemente
cada suspiro ajeno
permitiéndole instalarse
en la piel propia,
ahí donde la soledad
se hace añicos
y se transforma en caricia.
Deberíamos besarnos
en cualquier tiempo o lugar:
A la cabecera de los deltas
en los monasterios
que penden de los árboles
en cualquier celebración
del amor cuando se entrega
en el fondo de las balanzas
que hablan de felicidad
pasión o ternura
en plena costa
al aire libre
bajo cualquier techo
entre toda tempestad.






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