jueves, 13 de noviembre de 2014

SÓLO UN MOMENTO






Lo había dado ya
todo por perdido,
así que se sentó en aquella
terraza entre palmeras
donde el sol se podía respirar
mientras recogía sus rayos
de fuego tras el horizonte...
Al lado de ella una pareja
se comía a besos
y una lágrima pugnó por brotar.
Nunca es demasiado tiempo
para asimilar el concepto
de no volverlo a ver,
por empezar de alguna manera
pidió una copa de vino al camarero.

Miró el paisaje y sonrió,
pero era una sonrisa amarga
cargada de recuerdos
que le bajaron por la garganta
con el primer sorbo...
Y se encontró con la mirada
del hombre misterioso
que siempre les observaba.
Ahora sólo la miraba a ella.

Sus ojos se clavaron
en los suyos y esta vez
salió perdedora porque tuvo
que bajar la mirada...
Lo que en otras ocasiones hizo
por descaro, coqueteo o diversión
ahora se le antojaba un imposible,
no estaban los ánimos
para travesuras,
porque cualquiera de esas cosas
le venía grande,
como a él las camisas. Qué ironía...

Fue a pagar y le comunicaron
que la habían invitado.
Se volvió y el hombre misterioso
ya no estaba,
por un momento se encontró
más sola que nunca,
pero supo que al menos
era importante para alguien
y la idea por un momento
le resultó reconfortante.
Aquél desconocido
podía ser muy bien
un motivo para seguir adelante,
aunque fuera solamente
para cruzarse cada tarde
una silenciosa mirada.






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