Aunque ancho sea
el mundo
las mentes suelen ser
bastante estrechas,
eso influye en el concepto
eso influye en el concepto
del pequeño teatro
del absurdo que no rodea:
Va de aquí hasta allá,
Va de aquí hasta allá,
casa, árbol, piedra.
En ese exiguo
En ese exiguo
escenario actuamos:
comemos, dormimos,
llegamos temprano,
nos retrasamos.
Pero alguien o algo
Pero alguien o algo
entra a veces
y lo que existe
y lo que existe
se abre de repente
quedando patas arriba.
Basta ver una faz,
Basta ver una faz,
una presencia
o sentir un pensamiento
que aporte luz
para que sangre el telón.
Basta una mano,
para que sangre el telón.
Basta una mano,
como cuando
revuelven el café
revuelven el café
o hacen el gesto
de abandonar la escena,
para olvidar entonces
de abandonar la escena,
para olvidar entonces
dónde estamos,
lo que se supone que somos,
la hilera de ventanas
la hilera de ventanas
sin aire, y luego
regresar en la noche
regresar en la noche
a nuestro cuarto
para volver a aceptar
para volver a aceptar
lo inaceptable
y repetir al día siguiente
el mismo papel de cada día
en la idéntica obra.
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